Monseñor Alejandro Goic Karmelic, descansa en la paz del Señor.

Quienes conocen nuestra historia saben que tanto la continuidad de este colegio como su crecimiento hacia nuevos horizontes educativos fueron posibles gracias a su apoyo y visión pastoral. Por eso, nos uniremos mañana, martes 2 de septiembre, a las 8:00 a. m. en el patio central del edificio Santa Marta, para orar juntos por su eterno descanso.

Monseñor Goic deja una huella imborrable en la Iglesia de Chile. Su servicio pastoral en las diócesis de Punta Arenas, Concepción, Talca, Osorno y Rancagua marcó la vida de sacerdotes, religiosos y laicos. Fue un pastor cercano, justo y profundamente sensible a los más pobres y necesitados, entregando siempre un testimonio de fe encarnada en la vida y en la historia de su pueblo.

La existencia misma y el desarrollo de nuestra comunidad educativa forman parte de ese legado generoso y comprometido. Hoy podemos decir con certeza que nos ha dejado uno de los últimos grandes obispos de la Iglesia chilena en las últimas décadas.

La Iglesia de Rancagua y todo el pueblo de Dios en Chile se unen en oración, confiados en la promesa de Cristo resucitado, pidiendo por el descanso eterno de Monseñor Alejandro y por el consuelo de sus familiares y de quienes lloran su partida.

Sus restos mortales están siendo velados en la capilla de Las Adoratrices, en calle Lídice, Rancagua, y mañana serán trasladados a la Iglesia San Francisco, en calle Estado.

Dale, Señor, el descanso eterno, y brille para él la luz perpetua.